lunes, 23 de marzo de 2009

JOSÉ DOMÍNGUEZ VALONERO


Nació el 23 de octubre del año 1943, en el número 24 de la calle de Oliva.

La biografía que ofrecemos del autor de este blog es una entrevista publicada en "El Picón" cuando faltaban pocos meses para su definitivo cierre. Esto fue lo que se publicó:

Serrín y virutas. Ese es el primer recuerdo que aflora a su memoria. El primer sabor que sale de su subconsciente es el de los finos trozos de virutas que masticaba cuando correteaba entre las tablas del taller de carpintería que constituía la de fuente de ingresos de su familia. Tal vez de aquí, de masticar pequeños trozos de virutas, le venga ese irrefrenable impulso que le lleva a tener entre sus dientes cualquier pedazo de madera que cae en sus manos.

Los martillos fueron sus primeros juguetes. Y el destino fue tan insistente en dejar constancia de la presencia de esta herramienta en la vida de nuestro personaje que el dedo corazón de su mano derecha está deformado como consecuencia del impacto que un día se dio jugando con uno de estos útiles cuando apenas podía mantenerse en pie

Llegó a la vida cuando sus hermanos ya casi habían olvidado jugar, pero uno, Francisco, activó su memoria y recordó que los pies servían para correr detrás del “crío” y las manos, además de manejar la garlopa, también podían lanzar por los aires al pequeño. El otro, Ricardo, siempre jugó el papel de la prudencia. Vigilaba los juegos, reía y, como era el mayor, se sentía obligado a proteger al que, durante toda su vida, consideraría y llamaría “el niño”.

Nació en años difíciles. Años en los que escaseaba el agua y había poco que llevar a la boca. Él no tiene conciencia de esto. No puede tenerla porque, en aquellos momentos, su sustento salía del pecho de su madre. Si, del pecho, del único pecho que tenía Elisa, su madre. Único pecho porque cuando Pepe, que es como siempre le han llamado, vino al mundo, las hábiles manos de D. Manuel Gómez ya habían dejado su milagrosa impronta en el cuerpo de aquella mujer paciente, sufrida y hacendosa.

Pero no sólo ésta negra y temida amenaza fue la única sombra que se proyectó sobre la naciente familia que estaban formando sus padres, pues, poco antes de que llegara este nubarrón, habían recibido un impacto del que jamás se recuperaron: la pérdida de Claudio, el mayor de sus hijos.

Pepe recuerda a su padre con gran emoción. Son muchas las características de “tío” Lorenzo “Ricardo” que le acompañan, pero, de ellas, la que más destaca es la emotividad. Una emotividad que se abre paso ante el menor estimulo. Las lágrimas están siempre prestas a bañar sus ojos, a correr por sus mejillas. No puede evitarlo, como tampoco lo podía evitar su predecesor.

Se alejó del pueblo cuando aún no contaba con diecisiete años de edad. Un día cogió La Estellesa y llegó a Sevilla. El Regimiento de Infantería Soria número 9 fue su hogar durante un importante período de su existencia. Un período importante porque allí hizo amistades que han durado toda la vida; porque durante aquel tiempo se dedicó, en cuerpo y alma, a conseguir una formación y unos conocimientos que le había sido imposible adquirir debido al estado de aislamiento en que se encontraba Encinasola y a la escasez de recursos de la familia. También fue entonces cuando conoció a quien sería su esposa, a Emilia. Una mujer fundamental en su vida. Al mencionarla, nos dice: “Todo se lo debo a ella. Siempre me apoyó, estimuló y aconsejó en los momentos difíciles y nunca le importó hacer las maletas para acompañarme a los más lejanos lugares. Estoy convencido de que sin ella mi vida hubiera seguido una trayectoria muy distinta”.

Institutos, Escuelas de idiomas, Escuelas Universitarias, horas en archivos y bibliotecas y el paso por los más diversos lugares han jalonado su vida. Sus vivencias en Reus, Barcelona, Madrid, Toledo, Seo de Urgel, Castellón, Tarragona, Valencia,… han dejado profunda huella en su carácter, en su forma de pensar y en el modo de concebir y juzgar la vida.

Pero no todo han sido Cursos, paso por Escuelas, Academias y destinos. También su corazón se llenó de la inmensa alegría que se siente al ser padre. Vinieron los hijos: José Luís, Javier y, para seguir la tradición de sus padres, cuando ya contaba con cuarenta y seis años de edad, recibió el regalo de Rocío. Una niña alegre, sana y llena de vida que le devolvió la ilusión e hizo que la casa se llenara, nuevamente, del encanto propio de la Navidad y de los Reyes Magos.

La vida le ha dado grandes satisfacciones, entre las que destaca el haber tenido la suerte de hacer lo que más le ha gustado y el haber alcanzado en su profesión el más puesto más alto al que la ley le permitía aspirar.

Su inquietud por la Cultura le ha llevado a formar una amplia biblioteca, colaborar en alguna Revista y, de forma muy especial y continua, en el Picón. Recientemente ha publicado una biografía del hasta ahora casi desconocido D. Juan Gualberto González Bravo. No duda en decir que este es su mayor trabajo, en el que más ilusión y tiempo ha invertido. Un trabajo que ha dirigido a su pueblo, a Encinasola, y que desea, con el mayor anhelo, que el pueblo lo lea y se sienta orgulloso de que bajo su cielo haya visto la luz uno de los grandes hombres del siglo XIX.
Otros trabajos que han salido de sus manos, y que han sido publicados, son una Descripción de la Iglesia Parroquial de Encinasola y una obra que recoge la descripción de más de 100 juegos tradicionales, con los que los niños de la mitad del pasado siglo llenaban sus largos ratos de ocio.

Es inevitable hablar de “El Picón” y de Encinasola. Con relación a “El Picón”, considera que es posible que esté más valorado entre los que viven fuera del pueblo que entre los que residen en él y, hasta cierto punto, es lógico, ya que quien vive en Encinasola no precisa que se le cuente lo que pasa en la villa y al que está fuera es “El Picón” quien le lleva “el aire marocho”.

No duda en calificar a nuestra publicación como un medio de comunicación entre los marochos. Son sus páginas quien los pone en contacto, los relaciona y los informa. Piensa que su finalidad tiene que ser crear amistad y cariño entre los marochos. No ve con buenos ojos que alguien pueda temer abrir las páginas de nuestro “periódico” y encontrar en ellas algún artículo que le pueda ser ofensivo. “El Picón” tiene que recoger todas las noticias que se produzcan en el pueblo, las agradables y las desagradables, pero obviando las matizaciones hirientes. Dada la noticia, con pelos y señales, cada lector debe hacer su propio análisis.

Se le nota un brillo especial en sus ojos cuando se le habla de Encinasola. Es como si abriésemos una válvula que estuviera conteniendo, a alta presión, un montón de sentimientos y de ideas. Su mente va más rápida que su voz, por esto las palabras que trata de pronunciar se “atascan” en su garganta. Todos sus pensamientos intentan salir al mismo tiempo. Nos habla de su infancia, pues, no en vano, su niñez constituyó una época apasionante por la libertad conque la vivió, las largas horas que pasó junto a sus amigos y la inocencia con la que todo se vivía.

Se siente orgulloso de haber nacido en Encinasola. Por esto, por donde quiera que ha pasado ha repetido, una y otra vez, el nombre de su pueblo. Quienes han estado a su lado pronuncian la palabra Encinasola con la mayor naturalidad. ¡La han asimilado! ¡La sienten como propia!

Recalca que Encinasola es un pueblo que tiene que sentirse orgulloso de todo lo suyo. Encinasola es un pueblo que tiene que adquirir conciencia de que son pocas las cosas de fuera que pueden superar a las propias. En todas las facetas de la vida que analicemos encontraremos que los marochos y lo marocho no son fácilmente superables.

Encinasola ha dado grandes hombres a la política, a la judicatura, a la milicia, a las artes, a las profesiones artesanales, a la medicina, a las ciencias... Sólo tenemos que tener en cuenta que somos el único pueblo de la provincia de Huelva que ha dado un Ministro a España. En la bella pila bautismal de nuestra iglesia han sido bautizados un Consejero de Castilla; familias nobles; militares ilustres, entre los que encontramos a quien ha ejercido el importante Mando, aunque sea de forma interina, de una Capitanía General; Magistrados de Audiencias; músicos; escultores; pintores; artesanos cuyas obras han sido reconocidas en los más lejanos lugares. Es un bagaje que difícilmente encuentran ciudades de mucha más importancia.

Nuestros productos son de calidad inigualable. Nuestro aceite de oliva es envidiable. Nuestros cerdos son de calidad superior a los de otros lugares más renombrados. Nuestros platos gastronómicos son sencillos, pero no tienen nada que envidiar a muchos de los que gozan de renombre universal.

Al marocho le falta adquirir conciencia de esta realidad. Tiene que aprender a querer todo lo suyo; tiene que luchar por lo que hay en su pueblo, tiene que aprender a defender a su gente. ¡Es lo que hacen en otros lugares! ¡No podemos perder ese caudal de riqueza que guarda Encinasola!

8 comentarios:

Carmen dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...

Pepe: Interesante repaso de tu vida.
J.M.

Anónimo dijo...

Esto es otra cosa, me refiero a la presentación; aunque es el mismo texto, se advierte más ameno y fluido. Cordial saludo.

Valonero dijo...

Son muchos los ánimos que estoy recibiendo motidavos por el cambio que he ealzado en el Blog. También se ha incrementado el númro de visitantes.

Una vez más os doy las gracias.

Valonero

caren dijo...

Pepe es un placer poder conocer la história de tu vida y sobretodo ver el cariño que tienes por tu pueblo aunque lleves tantos años lejos de él.
Un abrazo.
M.Carmen

Anónimo dijo...

Las historias que tu has sacado a la luz, nadie hasta ahora lo habia conseguido, por lo cual, deberian tomar nota, quien corresponda, para que estas enseñanzas pasaran a formar parte de la historia de Encinasola, en las Escuelas marochas. JD

Anónimo dijo...

Amigo Pepe: Hace tiempo que no disponía de un ratito del sábado (en el ordenador) y he aprovechado para entrar en tu blog.El cambio que le has dado a la presentación es genial.
Por mi edad no conocía acontecimientos, en tu biografía, que me han impactado bastante.
Poco a poco iré leyendo tus escritos.
¡Ánimo! Te deseo lo mejor: Alicia García.

jose dpñate serrat dijo...

En primer lugar, gracias por el envío. A continuación nuevamente gracias por considerarme entre tus amigos según demuestra el propio envio.Tal y como describes,de acuerdo con mi parecer el que a los suyos parece, honra merece.
Con todo afecto
Jose Doñate Serrat

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